EL IDEAL DE BELLEZA FEMENINA EN OCCIDENTE

“…Viví la desagradable experiencia de comprobar cómo el estereotipo de belleza vigente en el mundo occidental puede herir psicológicamente y humillar a una mujer. Tanto, incluso, como la actitud de la policía pagada por el Estado para imponer el uso del velo, en países de regímenes extremistas…”

Estas palabras de Fatema Mernissi trastocaron profundamente las ideas preconcebidas y asumidas que tenía sobre el ideal de belleza femenina. Aquellas jóvenes hermosas esbeltas y distantes que vemos cada día en grandes carteles, revistas y televisión las cuales representan el máximo ideal de belleza nos incitan cada día a controlar nuestras dietas, ir al gimnasio, someternos a productos y cosméticos químicos de toda clase, incluso a pasar por manos de cirujanos en el quirófano. Todo en busca de la perfección de belleza. Pero ¿son estos prototipos de mujer artificial reales? Existe una distinción entre realidad y representación ficticia, y mucho más cuando se trata de cánones o prototipos de belleza, los cuales nos informan del carácter del mundo donde se han creado. Pero lo que me gustaría analizar es el cómo influye el ideal de belleza femenina-representación ficticia- en la realidad, así como los patrones sociales que le rodean, ya que la función de dicha representación, casi siempre va ligada a unas razones ideológicas. El canon de belleza responde a un modelo cultural que debe seguirse y que distorsiona sensiblemente la realidad, lo cual puede provocar, en este caso, hasta daños físicos y psíquicos. El más crudo ejemplo de extremismo de esta búsqueda de la perfección lo tenemos en los cuerpos famélicos y enfermizos de las jóvenes que sufren anorexia y bulimia debido al prototipo de mujer delgada promovido por la industria de la belleza. Tal como dice el psiquiatra Luis Rojas Marcos, la obsesión por la imagen ha ido impidiendo en muchos casos que la mujer pueda desarrollarse social y culturalmente, de modo que es la moda lo que provoca la tiranía de la belleza a la que está sometida, sobre todo, la mujer.

Sin embargo, la historia nos dice que este canon ha ido cambiando con el tiempo, adaptándose a cada época , y estos prototipos han sido muy diferentes entre si ya que responden a mentalidades diferentes, a otras necesidades, a otros contextos culturales, a otra concepción del gusto y de entender la vida. En definitiva, el ideal de belleza ha sido el espejo que refleja las convenciones culturales de cada época. Para observar la fluctuante evolución que ha sufrido el canon de belleza debemos acudir a las artes, la literatura, la pintura, la escultura, la danza… que nos pueden dar los testimonios más antiguos y variados sobre el tema. En especial las artes figurativas, porque es en ellas donde podemos encontrar los testimonios más antiguos y en las cuales el artista intentaba plasmar el ideal de belleza que en la mayoría de los casos era ficticio, fruto de su imaginación inspirada e influida por el pensamiento de la época.

 

El objetivo pues de este estudio se centrará en responder a la pregunta de:¿ Qué motivos culturales y sociales se esconden tras el ideal de belleza femenino actual y cómo estos afectan a la mujer? Debido a la delicadeza del tema y para evitar caer en feminismos y estereotipos de protesta sexista, tomaremos como punto de partida sólido un breve recorrido a lo largo de ciertos momentos históricos donde el canon de belleza sufrió cambios considerables para poder analizar el pensamiento y cultura de cada época y ver cómo ha afectado al prototipo de mujer hasta nuestros días.

Para comenzar a introducirnos en el canon de belleza primero deberemos definir el concepto de belleza desde un prisma sociológico y filosófico. ¿Cómo percibían la belleza y qué consideraban bello? No es la finalidad de este escrito conceptualizar la idea de belleza, ya que nos alejaríamos de nuestro propósito pero sí es necesario hacer referencia para percibir la sensibilidad y el goce estético con la que era percibido el ideal de belleza en cada época. Por ello no partiremos de una idea preconcebida de belleza sino que iremos analizando lo que durante milenios el hombre ha considerado bello (como por ejemplo, el arte o la mujer) Nos valdremos una vez más de la historia y de los documentos artísticos y figurativos de su tiempo. En palabras de Susan Sontag: “La mejor teoría de la belleza es su propia historia.” Este breve viaje a través del tiempo nos permitirá comparar las distintas concepciones de lo bello y como van cambiando, actualizándose e incluso volviendo a rescatar ideas de épocas anteriores. La historicidad es pues una de las características propias del pensamiento sobre la belleza por que conduce a una reflexión sobre toda la tradición de nuestra propia historia (Gadamer, 1977:44 y ss.)

En este recorrido histórico-cultural de la belleza se abordarán otros criterios que tienen estrecha relación con la belleza femenina y el concepto de belleza en sí: la relación existente entre belleza y arte, y belleza y danza. Aunque en la época moderna actual se ha establecido una tal estrecha relación entre estos conceptos que incluso en el caso del primero se denomine “bellas artes” En un principio la función del arte era realizar bien las cosas de modo que fueran útiles para la finalidad asignada, hasta el punto que se les consideraba de igual valoración que un artesano, aunque siempre estaba presente la búsqueda de la belleza y de relación con lo divino. Y en cuanto a la danza, su origen fue más bien un intento del hombre de comunicarse con lo Desconocido, con lo divino, e intentar establecer una conexión con aquellas fuerzas que escapaban de su control y comprensión. A la danza se le asignaba un carácter religioso y místico sin embargo, esa misma categoría se le asignó en un principio a la propia belleza, tal como señala Alexandra Walzer “Ni los pueblos prehistóricos ni las civilizaciones antiguas pensaban en términos de goce estético o belleza, para ellos lo bello tenía un significado afín al campo de lo mágico” o Rafael Argullol: “en el hombre primitivo la magia y la belleza estaban unidas en una auténtica simbiosis entre pensamiento mítico y conciencia estética.”

Así pues, para documentar el canon de belleza a lo largo de la historia nos valdremos de la documentación de las artes figurativas, en especial de la pintura porque han sido los artistas los que nos han dejado su opinión sobre lo bello y han intentado plasmarlo dejando siempre parte de su propia subjetividad e imaginación impresa. Es esta parte la que nos interesa ya que el canon de belleza siendo una representación ficticia es lo que distorsiona la realidad, así como la obra de arte participa modificando la realidad en pos de un ideal, que casi siempre, aspira hacia lo bello.

Y la historia de la danza que es la mayor expresión de la búsqueda de la belleza del cuerpo humano a través del movimiento es lo que nos acerca a ambos términos de cuerpo-belleza. Además, la danza no solo se ejercía con un fin estético, de hecho era una forma de expresión que contiene en sus características las creencias, patrones sociales y psicología que identifican la tradición cultural de un pueblo.

Hablar de la belleza es un tema muy escurridizo y subjetivo en el cual hay que avanzar a través de inferencias cautas y prudentes, ya que en él se despliega la dimensión subjetiva de los juicios de valor que, aunque numerosos pensadores y filósofos han intentado delimitar y conceptualizar, sus intentos han sido en gran medida infructuosos porque aún hoy no existe una definición universalmente aceptada que nos acerque a lo bello. En palabras de Giordano Bruno “no existe nada absolutamente bello, sino sólo para alguien” Y es curioso que un tema tan subjetivo y abstracto como es la belleza esté tan presente en nuestros días.

En la cultura griega una de las acepciones de la palabra Kalon (belleza) es lo que gusta, lo que produce placer y esta se identificaba con lo bueno, lo justo, la verdad, cantaban las Gracias “Lo que es bello es amado” Es curioso como en busca de ese placer que nos inunda al contemplar el goce de la belleza somos capaces de someter a nuestro cuerpo a sufrimientos y prohibiciones que van en contra de la propia naturaleza. Como el dicho tan escuchado de “para ser bella hay que sufrir”

¿Cómo es posible que en nombre del ideal de belleza actual seamos capaces de despiezar el cuerpo humano en retoques y cirugías, culminando en un proceso de violenta fragmentación de nuestro ser causante de graves trastornos físicos y psíquicos? Parece que esta sociedad donde el ideal de belleza aliena a la mujer de su propia esencia femenina fue en su día armonía integral.

 

“La muerte y la belleza son dos cosas profundas

que tienen tanto de azul como de negro

y parecen dos hermanas terribles y fecundas

con un mismo enigma y similar misterio”

Victor Hugo

 

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