SOY

Sobre
Mi nombre es Irene Carmena.

Mi vocación es el Yoga, mi pasión es la Danza y esta es mi pequeña historia.

Todo comenzó en 2012, con 20 años, cuando viajé a Australia para escuchar una semana de conferencias sobre el Conocimientos del Ser y la Paz Interior de la mano del embajador de la Paz, Prem Rawat. Fue a partir de ese viaje que conecté con el que fue y sigue siendo mi maestro, pues me mostró la manera de calmar la sed de mi corazón y encontrar la plenitud que siempre he buscado. A partir de ahí, me fui separando del teatro, la danza y disciplinas artísticas para enfocarme en mi escenario interior. Me formé en Reiki y en la energía Crística, con la guía de Antonio Moraga, en la Alianza Española de Reiki, para comprender los aspectos más sutiles de la energía y saber como utilizarla como sanación.

Pero después de estar mucho tiempo indagando en mi ser, descubrí que no puedes olvidar el exterior, que mi cuerpo también necesitaba nutrirse y sentirse cuidado.

La Danza fue mi gran afición desde los 6 años. Comencé con bailes regionales y español. Buscando una vía más expresiva y teatral me adentré en el mundo del teatro Musical a los 16 años en el grupo Amorevo, sin dejar de bailar, paralelamente en la Danza Oriental, el Karnak. A los 18, decidí profundizar en la comprensión del movimiento y sus raíces con la Diplomatura en Danzas Étnicas por el Instituto Alicia Alonso en la Escuela Patricia Passo, donde acabé dando clases de Danza Fusión Oriental. Paralelamente cursé el curso de Teatro del Movimiento con profesores de la Universidad Rey Juan Carlos.

Desde muy pequeña la danza ha sido mi pasión, pero la había dejado relegada por mi búsqueda espiritual. No podía ignorar la sed de mi corazón, pero necesitaba reconectar con mi cuerpo y el movimiento.  Así que busqué como aunar mi meditación con mi práctica física.

Entonces apareció el Yoga en mi vida, una tradición milenaria que busca la paz interior y la iluminación utilizando el cuerpo como la herramienta para trabajar nuestros aspectos mentales, emocionales y espirituales. Desde entonces no he dejado de aprender y formarme en diferentes escuelas como la Escuela Internacional de Yoga o la Asociación de Yoga y Ayurveda,  y también de la mano de grandes maestros y profesores cuyas enseñanzas me acompañan en mis clases y en mi práctica personal: Italo Menconi, Manju Jois, Pedro de Arce , Maite Criado, Joaquín Castaño, entre otros. Gracias a todos.

El Yoga no solo se ha transformado en mi vocación, sino ha abierto las puertas a un estilo de vida, un código de ética y un camino interminable de aprendizaje, transformación y crecimiento. Y me siento profundamente agradecida de poder compartirlo con todo aquel qué esté interesado.

«La danza y el yoga hablan sobre el lenguaje secreto del alma. Son herramientas poderosas para investigar los rincones de nuestro ser y conectar con nuestra más íntima esencia. Existe una danza en la quietud del corazón de todo ser humano, existe una melodía en el silencio que merece ser escuchada.»

Irene Carmena.